Turismo de invierno y planes blancos, ¡más #PlanForTheGang!
El frío no solo trae tardes tranquilas frente al sofá, sino cientos de oportunidades para viajar en invierno que no esperabas. Es una época genial para visitar tanto destinos cercanos como otros más lejanos y exóticos. Si eres de los que hacen dentro de unos meses un parón en su rutina... no lo dudes, este invierno ponte en ruta.
No cabe duda que el invierno esconde auténticas joyas que solo pueden disfrutarse en esta época del año (y que no se reducen solo a esquiar): otros deportes de invierno, auroras boreales en el norte de Europa, trekking por lugares de ensueño… El invierno pone a nuestro alcance multitud de destinos tan atractivos como diametralmente opuestos. Solo nos hacen falta unos leggins debajo de los pantalones, calcetines de lana, camiseta térmica y botas forradas, todo para no renunciar (por muy baja que sea la temperatura) a algunos de los paisajes y aventuras más bellos del planeta. ¡Aquí tienes algunas de nuestras propuestas!

Es casi el destino más septentrional de Europa al que se puede llegar en tren, un lugar para los auténticos amantes del invierno. En diciembre y enero el sol no se deja ver durante varias semanas, pero la oscuridad lo convierte en uno de los mejores lugares del mundo para admirar las majestuosas auroras boreales.
Las leyendas sobre las auroras boreales van desde los Sami (pueblo indígena de Laponia, que creían que cuando un zorro bajaba por las colinas golpeando la nieve con la cola, surgían chispas que se convertían en auroras boreales), hasta los vikingos (que creían que las auroras boreales eran la armadura de las valkirias -vírgenes guerreras-, y a menudo creía que este fenómeno anunciaba guerras, epidemias y otros males en el mundo). La mejor época para contemplar el espectacular fenómeno de la aurora boreal –o luces del norte– es el invierno. La ubicación ideal es la Laponia sueca, ampliamente considerada como el último territorio virgen de Europa.
Otras actividades que podrás hacer son el esquí de fondo por las rutas de los parques nacionales, el mushing con perros de raza husky y alquilar motos de nieve y conducirlas a través de milenarios bosques, Y si visitas la ciudad de Kiruna, puedes alojarte en el Ice Hotel, donde cada una de sus 18 suites es una obra de arte efímera, ya que el hotel se reconstruye cada año.
Otro destino espectacular en el verano austral: El Perito Moreno es uno de los pocos glaciares en todo el mundo que no se encuentra en proceso de retroceso. Derramándose desde la frontera chilena en el cerro Pietrobelli, en las gélidas alturas de los Andes Patagónicos, este punto atrae cada día de verano a miles de personas llegadas desde la cercana ciudad de El Calafate.
Solo hay que ponerse unos crampones y caminar sobre el hielo por los llamados “mini trekkings” que recorren el hielo para descubrir un mundo de seracs (bloque grande de hielo fragmentado por importantes grietas en un glaciar), grietas y sumideros. La travesía ofrece magníficas vistas a la superficie gris del lago Argentino. Al final de la ruta incluso se llega a saborear el glaciar, con una parada final en un improvisado bar para entrar en calor con un whisky con hielo… traído directamente de Perito Moreno.
En casi todas las regiones árticas es posible desplazarse en trineo tirado por perros (mushing), pero hacerlo en el territorio del Yukón canadiense es especial. Si algún viajero piensa que no quedan territorios vírgenes, tal vez deba viajar a Yukón, un territorio casi tan grande como España pero con solo 34.000 habitantes.
Aquí se celebra el Yukon Quest, una carrera de trineos de perros de 1.600 km basada tanto en la supervivencia como en la velocidad, ya que atraviesa terrenos montañosos con temperaturas que pueden bajar de los -50 ºC. Incluso los mejores corredores tardan más de 9 días en completarla, por lo que no es extraño que se considere la carrera más dura del planeta.
Cada invierno los habitantes de Zanskar, en el Himalaya indio, hacen un duro viaje desde sus aldeas aisladas por la nieve hasta la ciudad de Leh, en Ladakh, y lo realizan como hace siglos: caminando sobre el río Chadar. Durante los 8 meses del largo invierno permanece incomunicada con el mundo exterior. Es entonces cuando el Chadar, parcialmente congelado, se convierte en un salvavidas para los zanskaris: su único nexo físico con el resto del planeta.
El aislamiento de Zanskar ha atraído a los aventureros hasta esta antigua ruta, sobre todo desde la década de los 90; hoy los zanskaris comparten la ruta con los aventureros occidentales, aunque pocos viajeros llevan tanto peso como los lugareños. El viaje de ida y vuelta lleva de 14 a 18 días, con una temperatura media de -10 ºC durante el día y -20 ºC por la noche. Hay que estar en forma, ser un experto e ir equipado para el frío. A pesar de las adversidades, es un viaje hechizante por los paisajes congelados así como por los siempre sonrientes zanskaris, para quienes esta difícil ruta es el único camino a casa.
La pista de esquí de Benasque hace único este paraíso gélido: situada dentro del Parque Natural Posets-Maladeta a los pies del Macizo de La Maladeta (Huesca), con fabulosas vistas del Pico Aneto. No hay nada mejor para liberar adrenalina que practicar parapente o ala delta en Castejón de Sos, pasear tirado por huskies en Llanos, o hacer piragüismo, kayak, rafting o hidrospeed por el río Esera.
La capital de los Alpes, en la zona del Tirol, es una ciudad con más de 100.000 habitantes y una curiosa mezcla entre Italia y Alemania. La podemos encontrar en el Oeste de Austria, localizada en el valle Inn en medio de enormes montañas; es famosa por la práctica de deportes de invierno, además es conocida por ser la sede de los juegos Olímpicos en tres ocasiones. Los meses de enero, febrero y marzo se corresponden con la temporada alta y la afluencia de snowboarders de todo el mundo, ya que la Nitro Skylinepark, con unas vistas fabulosas, es de las mejores pistas del mundo para los que practican este deporte.
Entre las experiencias más populares e icónicas de Alaska se incluyen los trineos de perros, observación de auroras boreales, práctica de snowboard y ski (nórdico y alpino), las travesías con raquetas de nieve y las salidas en motonieves.
Las carreras de trineos de perros son el deporte oficial de Alaska: los visitantes vienen de todo el mundo para presenciarlas, incluida la Carrera de trineos de perros del sendero de Iditarod. El esquí de fondo tiene aquí uno de sus santuarios. El sendero costero Tony Knowles de Anchorage, el Parque Ruso Jack Springs y el sistema de senderos Hillside y el Sistema de Senderos de la Universidad de Alaska Fairbanks. Además, también cuenta con excelentes destinos para pasear en motonieve: Fairbanks, Denali, Talkeetna, Valdez, Haines, el valle Mat-Su, Girdwood y la península de Kenai.